Motivos del cierre de las tiendas de barrio

infoRETAIL.- “Pasear por el centro de muchas ciudades españolas refleja la crisis que está atravesando el pequeño comercio. La proliferación de persianas bajadas, de carteles con la mención “se vende”, “se traspasa” o “liquidación por cierre” es la prueba palpable de que el pequeño comercio de proximidad se desangra”, lamenta Sebastián Palacios Vilchez, en un artículo exclusivo para infoRETAIL

Para explicar esta situación, el autor precisa que existen varias razones, como la digitalización, el nivel de los alquileres, el incremento de los costes laborales, la presión impositiva… “El listado de los posibles motivos es abultado y variopinto, y en muchas ocasiones, oculta que el comercio de barrio se ha convertido en una actividad de personas mayores, ya que la mayoría de sus trabajadores tienen más de 55 años, lo que pone el foco sobre las inmensas dificultades a las que se enfrentan para traspasar el negocio llegada la jubilación”, agrega. 

“Los jóvenes huyen de esta actividad, porque ser comerciante de proximidad no está de moda, como lo recogen todas las encuestas sobre futuro profesional”, prosigue Palacios, quien confiesa que ha dedicado buena parte de su vida profesional a comprender las claves de esta situación. Y en este sentido, enumera cinco motivos de la desafección que sufre el comercio de barrio. 

-Crisis de prestigio social. La imagen del comerciante ha empeorado como consecuencia de un deterioro de su valoración por parte de la sociedad. En un pasado no muy lejano, se la consideraba un servicio como el que pueden prestar el médico, el farmacéutico, el abogado, el maestro de escuela o el bombero. 

-Facilidad de acceso. Es una de las raras profesiones cuyo acceso es en general libre; es decir, cuyo ejercicio no exige preparación o título previo y tampoco una formación continuada. Una libertad que inunda el mercado de comerciantes circunstanciales, que desgraciadamente, carecen de las aptitudes que hoy exige el cliente. 

-Ausencia de referentes. El sector está huérfano de locomotoras sociales, de personas que susciten vocaciones. Es una lástima, porque España es un país con un comercio repleto de historias de éxito. Los Juan Roig, Amancio Ortega o Isidoro Álvarez, y muchos otros como ellos, fueron todos en su día pequeños comerciantes. 

-Exigencias económicas. Es mucho más barato y menos arriesgado, invertir en una startup de comercio electrónico que en la apertura de una pequeña tienda física. Por definición, el comercio local exige un inmovilizado que necesita un tiempo largo para su amortización.

-Complejidad administrativa. Abrir una tienda exige resolver un sudoku legal donde se superponen normas locales, regionales y nacionales Un galimatías cuya complejidad se dispara si el comerciante se dedica a actividades reguladas y decide contratar algún trabajador. 

No obstante, el autor entiende que existen datos esperanzadores para el futuro, fundamentalmente porque “la tienda de proximidad es el concepto en el que una amplia mayoría de los españoles deposita su confianza, porque les brinda un trato personalizado, una mejor respuesta a sus gustos y preferencias y, sobre todo, la mejor comodidad de compra”. 

Y demanda un plan de reconversión para el pequeño comercio, al igual que los aprobados en su día para otros sectores, como la agricultura, la siderurgia o la minería. “El sector exige a gritos una acción a largo plazo, apolítica, de ámbito nacional, que le aporte los medios económicos, la simplificación administrativa y legal que necesita; y, sobre todo, que le permita recuperar el prestigio social perdido”. 

(Extracto del artículo ‘Se busca comerciante’, publicado por Sebastián Palacios en la sección El Blog del Retail y que puedes leer íntegro en este enlace).