Lineal de aceites de Mercadona

infoRETAIL.- Mercadona decidió hacer pública en enero de este año su decisión de culminar la transformación del suministro de marca propia, contando con una amplia base de 1.400 suministradores, a los que pasaba a denominar totalers.

Esta decisión oficializaba el final del sistema de trabajo que había imperado desde su creación, allá por el año 1998: la apuesta por un grupo reducido de fabricantes, denominados interproveedores, a quienes delegaba de forma exclusiva el desarrollo de categorías enteras o, al menos, de partes significativas de las mismas.

Este modelo empresarial fue objeto de estudio por parte de las grandes escuelas de negocio. Gracias a su implantación, el distribuidor llegó a conformar el cluster alimentario más importante de España: en su memoria de 2017 hablaba de 249 fábricas, con más de 50.000 trabajadores, y de una inversión conjunta superior a los 700 millones de euros.

Existen pocos ejemplos tan avanzados de integración vertical en el 'retail' europeo; tal vez la francesa Intermarché y la suiza Migros puedan ser comparables

Existen pocos ejemplos tan avanzados de integración vertical en el retail europeo. Tal vez la francesa Intermarché y la suiza Migros puedan ser comparables, al disponer de potentes estructuras de producción dentro de su entramado empresarial.

Sin embargo, la figura del interproveedor, tal como la conocíamos, ha llegado a su fin. “Para llegar a la génesis de este cambio de rumbo, nos remontamos algunos años atrás, cuando Mercadona tomó la decisión de cambiar en profundidad su política de frescos; su intento de gestionarlos de la misma manera que la alimentación seca, con todo el género empaquetado, había resultado ser un fracaso”, afirma el senior advisor y experto en gran consumo y distribución Jean Marie Benaroya, quien recuerda las palabras que pronunció Juan Roig en 2013, admitiendo su error: “Nuestras chirimoyas eran tan duras que rebotaban en el suelo, como si fueran balones”.

Llegan los 'especialistas'
A partir de 2014, Mercadona incorporó a su surtido la figura de los especialistas: fabricantes centrados en productos concretos, que aportaban atributos de calidad e innovación diferenciales. Tanto es así, que Mercadona los denominaba tornillos de oro en su jerga interna.

Las consecuencias organizativas de este cambio de rumbo fueron muy profundas: mientras en 2007 la dirección comercial contaba con 50 personas, en el año 2017 esta cifra se había multiplicado por veinte, con unos 900 colaboradores trabajando en los diferentes departamentos de prescripción y compras.

La entrada de los especialistas se ha producido de manera paulatina, con una nómina que alcanzaba los 1.300 a primeros de 2019. Y con resultados muy visibles: en el surtido de cervezas, por ejemplo, antes había únicamente siete proveedores y ahora hay 40 compañías para 70 referencias; en aceites, en 2015 el único proveedor era Sovena mientras que ahora hay 13 suministradores.

Sin embargo, de aquel ecosistema industrial que Mercadona había implantado, con un modelo de relación prácticamente vertical, pasamos ahora a competir dentro de un mercado mucho más abierto: “La irrupción de los especialistas en el mapa de aprovisionamiento de Mercadona constituye una patada formidable al tablero de juego”, analiza Jean Marie Benaroya.

Puedes leer las consecuencias de esta acción revolucionaria de Mercadona en el artículo completo, publicado en la sección ‘El Blog del Retail’ de infoRETAIL, en este link.