El impacto del nuevo SMI en frutas y verduras

infoRETAIL.- La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex) ha alertado del impacto negativo en el sector de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) anunciada el martes por el Gobierno, al “no tener en cuenta la realidad” de determinadas industrias.

En concreto, la organización advierte de que la medida “dañará la sostenibilidad social y económica de las explotaciones de este sector, ante la imposibilidad de trasladar este incremento a los precios de venta y ante la fuerte competencia de países competidores extracomunitarios, con costes laborales por hora muy inferiores”.

Fepex lamenta que la subida del SMI, unida al incremento de las cotizaciones sociales, tendrá un impacto “muy negativo” sobre muchos cultivos y también sobre el empleo del sector, ya que los aumentos acumulados desde el año 2017, y que supondrán un incremento del 52% en 2023, están provocando una subida de costes salariales.

El sector advierte de la imposibilidad de trasladar este incremento a los precios de venta y recuerda la fuerte competencia extracomunitaria, con costes laborales muy inferiores

A ello hay que sumar el aumento del resto de costes de producción, lo que hace que las empresas se enfrenten a una “situación difícil de asumir para mantener su viabilidad económica”, al no ser posible en muchos casos trasladarlos a los precios de venta.

Ante esta situación, la entidad considera que el sector productor exportador de frutas y hortalizas “va a reducir sensiblemente la actividad productiva”, dado que no existe margen para incorporar el incremento de costes derivados, entre otros, de los fertilizantes, los fitosanitarios, los envases y embalajes, el impuesto sobre el plástico, las semillas, la energía y el transporte, provocando una “fuerte destrucción de empleo” en los cultivos más intensivos en mano de obra.

Por último, Fepex recuerda que el sector ha manifestado una posición favorable a mejorar los salarios de los trabajadores de forma gradual, pero vinculada a una reducción de las cotizaciones por contingencias comunes de la Seguridad Social y acompasada por una mejora de la productividad, “con el fin de que no provoque una reducción de empleo y una fuerte pérdida de competitividad internacional”.