Aceite con sistema antihurto

infoRETAIL.- El aceite de oliva se posiciona el producto más robado en los supermercados, según el cuarto 'Estudio sobre el hurto en los supermercados españoles', presentado por The Source Tagging Company (STC). Desbanca a las bebidas alcohólicas, que encabezaban la lista desde el primer estudio, realizado en 2022.

El ‘top 3’ de productos más robados lo conforman el aceite, los licores y los vinos, seguidos de los ibéricos, los productos de afeitado y las conservas de atún y bonito. Estos resultados, extraídos de los datos recogidos durante todo 2024 en las principales cadenas de alimentación nacionales y autonómicas -que engloban más de 10.500 supermercados-, aunque previsibles, no dejan de ser sorprendentes. El aceite de oliva apenas figuraba en el listado de 2023, pero irrumpió con fuerza, alcanzando el segundo puesto el año pasado y posicionándose ahora como el producto más hurtado en la gran mayoría de comunidades del país.

"Existe una relación directa entre el ascenso meteórico del hurto del aceite de oliva y el incremento de precios al que hemos asistido. Si bien los precios han disminuido en los últimos meses, los hurtadores profesionales han encontrado un filón. Una pequeña parte de la sociedad, en términos porcentuales, pero grande en volumen absoluto, se ha acostumbrado a comprar un producto robado a un precio sustancialmente inferior al del lineal", explica el socio director de STC, Salvador Cañones.

División por comunidades autónomas 
En el análisis por comunidades autónomas, en 12 de ellas, entre las que se incluyen Cataluña, Madrid, Baleares y Andalucía, el producto más robado es el aceite de oliva. En cambio, en comunidades como La Rioja, el País Vasco o Canarias, los artículos más hurtados son los licores, especialmente whisky, ginebra y vodka.

"Cada año observamos que los productos más hurtados no son de primera necesidad, sino que siempre tienen un precio elevado. No desaparecen el arroz, la pasta ni siquiera el jamón barato, sino el ibérico. Con estos datos, podríamos concluir que el hurto famélico, aunque existe, no es relevante", afirma Cañones.

El 71% de las cadenas de supermercados considera que en 2025 los hurtos seguirán aumentando, el 24% opina que se mantendrán en los mismos niveles y solo el 5% cree que disminuirán

Más allá de estas cinco categorías de productos, el sector presta especial atención al incremento del hurto de tabletas de chocolate en nueve comunidades autónomas, al café en cuatro y a las cremas solares en tres. "La creciente preocupación por el hurto de chocolate y café se debe principalmente al aumento de precios que estamos experimentando tanto las cadenas de alimentación como los consumidores. Factores económicos y ambientales explican ambas subidas, pero, a pesar de ello, parece difícil que podamos renunciar al placer instantáneo de saborear café y/o chocolate. Existe un paralelismo alarmante entre lo sucedido con el aceite y estos dos productos", destaca Cañones.

En cuanto a las previsiones futuras, el 71% de las cadenas de supermercados considera que en 2025 los hurtos seguirán aumentando, el 24% opina que se mantendrán en los mismos niveles y solo el 5% cree que disminuirán.

Asimismo, el estudio recalca que, aunque el hurto profesional —protagonizado por bandas organizadas que posteriormente revenden los productos— sigue siendo extremadamente preocupante, se ha observado un aumento de los robos cometidos por individuos reincidentes. También reflexiona sobre la figura del receptador (también llamado perista), es decir, la persona o comercio que adquiere productos robados o cuyo precio es sospechosamente bajo. Sin duda, si esta figura no existiera, más de la mitad de los hurtos no se cometerían.

En este sentido, Cañones señala que, en este contexto, los supermercados deben "mantener el difícil equilibrio entre seguir ofreciendo los productos en libre disposición a un precio adecuado y aplicar medidas antihurto que reduzcan sus pérdidas sin encarecer el ticket final. Existe el convencimiento firme de que eliminar estas medidas supondría un aumento significativo de los robos y, en consecuencia, un incremento de los precios que los consumidores honrados tendrían que pagar".