infoRETAIL.- Según el informe ‘La Franquicia en las Redes Sociales’ presentado por la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), cerca de 6,5 millones de usuarios siguen a alguna franquicia de alimentación o restauración en Facebook, 10 veces más que la suma de los seguidores de los perfiles oficiales de las cuentas en Twitter. Otro dato muy destacado del estudio es que la mayoría de los impactos analizados son positivos, con una media de un 61%.

En cuanto a Twitter, en el sector Hostelería/Restauración se emplea mayoritariamente como canal de atención al cliente, mientras que en el de Alimentación se centra más en promociones y productos. De media, se publican más tweets en Hostelería/Restauración (8,5) que en Alimentación (6,7). Sin embargo, durante el periodo analizado (del 15 de diciembre al 15 de enero) se ha publicado en Facebook casi el triple de posts en Alimentación (70) que en Hostelería/Restauración (27).

Desde el punto de vista cualitativo, el estudio apunta que los clientes son los usuarios que más se relacionan con las marcas de Alimentación en redes sociales, con interacciones que en la mayor parte de las ocasiones son positivas (un 61% en Twitter y un 62% en Facebook).

Pablo Sammarco, General Manager de The Social Media Family, la consultora que ha elaborado el estudio, destaca que “las franquicias de Alimentación y de Hostelería/Restauración tienen mayor número de fans que otros sectores punteros de la economía, como banca, energía, seguros o automoción.

Además, las redes sociales se erigen como una potente herramienta para la franquicia, al ser un canal en tiempo real donde poder interactuar con empleados y clientes”. Xavier Vallhonrat, presidente de la AEF, añade que “las redes sociales son un canal de comunicación en el que hay que estar, por todas las ventajas que genera”.

El informe deja claro que las franquicias deben seguir apostando por tener presencia en las redes sociales, donde predominan más los comentarios de carácter positivo hacia ellas. Otras de sus ventajas son permitir a los franquiciadores descubrir en qué ciudades hay una necesidad de apertura de un nuevo local; adelantarse a futuras crisis de reputación; mantener una misma imagen de marca para las cuentas principales y las de los franquiciados, o conocer de la mano de sus propios clientes cuáles son los puntos de la gestión o de los productos que generan más insatisfacción.