infoRETAIL.- El gasto total en alimentación y bebidas ha ascendido a 102.584,7 millones de euros en España durante 2017, lo que supone un incremento del 0,3% respecto al ejercicio anterior, según la información aportada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) e incluida en el informe Mercasa.
La participación de los hogares en este gasto se cifra en 67.490,8 millones de euros –un 65,8%–, lo que supone un 0,6% más que en el año anterior, mientras que los establecimientos de hostelería y restauración han alcanzado un gasto de 35.094 millones de euros –un 34,2%–, es decir, un incremento del 2,5% interanual.
En la demanda de alimentación de los hogares españoles priman los productos frescos; así pues, la carne supone un 21% sobre el gasto total; las patatas, frutas y hortalizas frescas un 17,3%; los pescados un 13,3%; y, el gasto en pan alcanza el 5,3%. Al mismo tiempo, también se configuran como partidas relevantes la leche y derivados lácteos (11,6%), los productos de bollería y pastelería (4,1%), el aceite de oliva (2%) y los platos preparados (3,9%).
Para la alimentación seca, los establecimientos de libreservicio se han convertido claramente en la opción preferida por los hogares
Durante el año 2017 el gasto por persona en alimentos y bebidas para consumo en el hogar ha caído un 3,2% en el último año, hasta quedarse en casi 1.480 euros. En consecuencia, la media de gasto mensual en productos alimentarios se ha situado en 123,3 euros.
La carne es el producto más demandado y cada español ha gastado 311,6 euros en los 47,6 kilos per cápita consumidos. El gasto por individuo en productos del mar asciende a 196,7 euros y supone un consumo de 23,7 kilos por persona.
Durante 2017, en términos medios, cada individuo ha consumido 92,5 kilos de frutas frescas, 84,0 kilos de hortalizas y patatas frescas y 13,0 kilos de frutas y hortalizas transformadas; en cifras de gasto per cápita, el consumo referido ha supuesto 134,6 euros, 121,7 euros y 28,2 euros, respectivamente.
El gasto y el consumo en leche líquida y derivados lácteos también resulta notable en los hogares españoles. Por persona, se cuantifica un consumo de 69,9 litros de leche y un gasto de 48,4 euros mientras que los productos lácteos alcanzan, también en cifras per cápita, un gasto de 122,6 euros y un consumo de 35,2 kilos.
En términos medios, durante 2017 cada español ha consumidor 32,5 kilos de pan, 13,4 kilos de bollería y pastelería y 13,8 kilos de platos preparados que, en términos de gasto per cápita, han supuesto 78,1 euros, 60,8 euros y 57,1 euros, respectivamente.
Canales de comercialización
Los hogares españoles utilizan distintos formatos para adquirir los alimentos y bebidas. En este sentido, destaca la importancia relativa de los supermercados (47,3% de cuota de mercado en 2017) y de los establecimientos de descuento (15,8%), que han aumentado su participación en detrimento del comercio especializado (14,5% de cuota) que junto al resto de formatos tienen una presencia cada vez menos notable.
Los hipermercados cuentan con una cuota cercana al 13% y se estima que el comercio electrónico representa un 1,2% en el total de la alimentación.
No obstante, existen ciertas diferencias en la elección de los establecimientos por parte del consumidor según se trate de alimentación fresca o seca. Para el primer caso, el comercio especializado sigue siendo uno de los formatos preferidos (alcanza, por ejemplo, una cuota del 23,7% en la comercialización de carne, del 25% en pescado o del 33,4% en las frutas frescas).
Internet es utilizado en alguna ocasión como canal de compra de productos de alimentación por un 9,8% de los consumidores
Para la alimentación seca, los establecimientos de libreservicio se han convertido claramente en la opción preferida por los hogares (los supermercados concentran, por ejemplo, el 75,1% de las ventas de leche o el 64,6% de las ventas de aceite de oliva).
De forma concreta, el comercio especializado distribuye el 32,2% de la alimentación fresca y el 2,8% de la alimentación seca mientras que los supermercados llegan al 35,3% de la alimentación fresca y el 55,3% de la alimentación seca (adicionalmente las cuotas de los establecimientos de descuento son 10,6% y 19,3%, respectivamente).
A la hora de elegir el establecimiento de compra, se prioriza proximidad o cercanía (63,3%) por encima de nivel de precios (50,1%) y de calidad (44,6%) aunque éstos últimos factores también tienen un peso relevante en la elección final.
Marcas y comercio electrónico
Para seleccionar los productos que se incluyen en la cesta de la compra, sigue existiendo fidelidad a las marcas (un 59,8% de los entrevistados en el Observatorio de Consumo y Distribución, manifiesta comprar siempre las mismas); no obstante, se ha producido un descenso notable en esta vertiente puesto que hace dos ejercicios ese porcentaje era del 71,5%.
Cuando no encuentran la marca de fabricante de un producto, el 31% la busca en otro establecimiento, el 40,9% compra otra marca de fabricante, el 20,3% compra la marca de distribuidor y un 7,9% no compra el producto (vuelve a producirse una variación significativa con respecto al año 2015 puesto que estos porcentajes eran del 43,9%, 33,7%, 19,2% y 3,2%, respectivamente).
El gasto total en alimentación y bebidas ha ascendido a 102.584,7 millones de euros en España durante 2017, lo que supone un incremento del 0,3% respecto al ejercicio anterior
Además, el precio pierde importancia y, en este sentido, se adquieren menos productos baratos de marca no conocida (el porcentaje de consumidores que dentro de unas determinadas marcas buscan la más barata es el 27,1% mientras que el año anterior llegaba al 32,7%).
Las marcas del distribuidor mantienen su importancia en la cesta de la compra (un 92,6% de los consumidores las adquiere en algún producto y sólo un 7,3% manifiesta no adquirir nunca productos de marca de distribuidor). En este caso, los resultados son vuelven a marcar una disminución del porcentaje de consumidores que declaran no comprar productos con marca del distribuidor (pasa de 10,9% a 7,3%).
En cuanto a internet como canal de compra de productos de alimentación, es utilizado en alguna ocasión por un 9,8% de los consumidores (este porcentaje se eleva entre los jóvenes de 25 a 39 años al 15% y disminuye para los mayores de 55 años al 2,1%); en 2016, la participación se cifraba en 9,0% y, por tanto, se ofrece un cierto avance en esta faceta.
Por otra parte, durante el último ejercicio, un 41,9% de los consumidores manifiesta que ha modificado su forma de comprar o preparar los alimentos para aprovechar mejor los productos y contribuir al ahorro familiar (en el año anterior este porcentaje se situó en un 49,6%).