La primera vez que tuve ocasión de oír lo que era un sector económico estratégico fue en una clase del Instituto de Empresa, donde un nervioso profesor intentaba explicar, con relativo éxito, lo que era la inflación. Por raro que parezca, el debate derivó en temas más macroeconómicos y tuvo que improvisar qué características principales debía tener un sector para ser estratégico.
Cuando llegamos a los ejemplos, nadie mencionó al sector agroalimentario, como era de prever. Siempre hemos pasado desapercibidos a pesar de las cifras que atesoran la importancia y relevancia del sector, así como su reactividad y potencialidad tanto en tiempos de crisis como de bonanza.
Realmente pienso que ni siquiera las personas que formamos parte del sector somos conscientes de su poder. Diariamente, el sector está presente en todas las mesas… Desayunamos, comemos, cenamos y por el camino tomamos el aperitivo o también merendamos. Por tanto, alrededor de cinco veces al día tenemos una referencia y, a pesar de ello, todavía no nos creemos que seamos un grupo de poder.
Realmente pienso que ni siquiera las personas que formamos parte del sector somos conscientes de su 'poder'.¿Qué nos pasa? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos justificar la falta de relevancia?
¿Qué nos pasa? ¿Qué podemos hacer? Seguramente no hay una sola razón para poder justificar esta falta de relevancia y eso que, hoy en día, ya existen asociaciones y entidades, como Fiab y Aecoc por ejemplo, que de forma continua emiten comunicados, participan en eventos e incluso se sientan con los que deciden para que sus propuestas sean tenidas en cuenta.
Sin embargo, parece no ser suficiente para que seamos un polo de atracción potente. Aglutinar a tanta diversidad de empresas, asociaciones o representantes es una tarea ardua y compleja que no tendrá sus efectos a corto plazo, a pesar de que la crisis actual ha ayudado en mucha medida a darnos a conocer y a incrementar nuestra visibilidad para el consumidor y, por ende, para las personas que constituyen nuestra sociedad.
Hay que aprovechar las oportunidades que en toda crisis siempre se producen y que sirven para que surjan o afloren realidades ocultas. Somos un sector que tiene numerosas credenciales y conviene difundirlas. Por ello, es conveniente poner algunos datos relevantes sobre la mesa:
•El sector alimentario supone casi el 12% del PIB español y un 9,1% del empleo, generando más de 2,4 millones de puestos de trabajo.
•La participación de la alimentación y bebidas en la cesta de la compra nacional representa casi el 20%.
•Si nos comparamos con nuestros socios europeos resulta que somos un 34% más productivos y un 30% más competitivos que la media de la Unión Europea.
•A nivel de exportación, alcanzamos los 52.530 millones de euros, lo que nos sitúa en la cuarta posición del ranking europeo. A nivel nacional, la alimentación supone el 17,6% de las exportaciones de todos los bienes, incluyendo Unión Europea y terceros países.
Nada que envidiar
Como podemos observar, nada tenemos que envidiar a otros sectores, autocalificados como estratégicos, y que hoy en día reciben más atención, ayudas y predicamento. Pues bien, argumentemos nuestro storytelling para tener una fuerte base de acción, a través de los siguientes puntos:
•Sector estable y con capacidad de reacción ante las crisis, imprevistos, acuerdos políticos/comerciales y otros, que de una forma u otra han afectado y afectan, pero ante los que siempre se reacciona y se sobrepone. Somos un sector resiliente.
•Factor clave en el concepto de vertebración del territorio. Llenamos esa parte de nuestro país denominada ‘España vaciada’ tanto por las explotaciones agrícolas y ganaderas como por las industrias de transformación y comercialización de productos.
•Nuestros productos son demandados y valorados en el exterior, por lo que contribuimos a la mejora de la balanza comercial y nos hacemos menos dependientes del consumo interior.
•Implementación del talento y la tecnología necesaria para el desarrollo de las actividades propias del sector, tanto en personas como en procesos y gestión.
•Existen oportunidades de mejora, que además son conocidas por el sector. Bajo mi punto de vista las más importantes son las siguientes:
- Inversión en I+D+i real y de aplicación práctica.
- Potenciar más la transformación e industrialización y, por ende, el valor añadido de nuestros productos junto a la modernización de las actuales instalaciones.
- Estar más cerca del consumidor, seguir la ola de sus necesidades e inquietudes, como sostenibilidad, salud, proximidad, medio ambiente, seguridad, omnicanalidad...
- Digitalización de toda la cadena de valor.
- Incorporación en la estrategia de empresas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Farm to fork
En esta tesitura es donde introduzco de forma plena y consciente la estrategia ‘Farm to fork’, surgida, apoyada e incentivada por la UE y que es de total aplicación y aplicabilidad a nuestro sector por permitir integrar y tener una visión conjunta y global de nuestra cadena de valor desde el agricultor/ganadero hasta el consumidor pasando por la industria o la comercialización.
Seamos más conscientes de lo que estamos gestionando cada día, abramos las miras y pensemos que tenemos un sector clave para la reconstrucción del país
Esa debilidad manifiesta de las barreras o separaciones entre eslabones queda superada con proyectos transversales que inciden de una forma directa en implementar aquello que el consumidor necesita o reclama en una política global e integrada de toda la cadena de valor.
De esta manera se compatibilizan los objetivos particulares con los globales unificados que se transformaran en beneficios mutuos, un claro ejemplo de win to win.
En conclusión, seamos más conscientes de lo que estamos gestionando cada día, abramos las miras hacia un poco más allá de nuestra área o zona habitual de influencia. Tenemos un sector clave en la economía de nuestro país y que entre todos podemos hacer que sea elemento de reconstrucción generando renta, empleo y crecimiento. Apliquémonos en hacerlo presente y patente en la estrategia económica de nuestro país. Es una apuesta segura y de éxito de por vida.