infoRETAIL.- El sector español del dulce ha crecido un 12% en valor durante 2023 respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 7.580 millones de euros. En el mercado nacional, ha facturado 5.270 millones de euros (+9%), mientras que las exportaciones han marcado un nuevo récord superando los 2.300 millones (+18%), situando al sector como sexto exportador de la industria alimentaria española. En esa misma línea, la balanza comercial sigue con su crecimiento imparable y se acerca ya a los 1.000 millones de euros.
En concreto, el consumo nacional mantiene la tendencia al alza. Todas las categorías han crecido durante el pasado año en términos de consumo, con el cacao y chocolate liderando los segmentos (1.968 millones de euros), seguido por galletas (1.402 millones), pastelería y bollería (1.288 millones), panadería (946 millones), caramelos y chicles (733 millones) y turrones y mazapanes (278 millones). En términos de volumen, las galletas mantienen la mayor representatividad, seguidas por panadería y caramelos y chicles.
En el mercado exterior, las ventas en volumen ha superado las 680.000 toneladas. Europa ha vuelto a sumar el grueso de las exportaciones con 1.674 millones de euros, un 23% más que en 2022, seguida de América (323 millones, 10%); Asia (151 millones, 2%) y África (125 millones, 4%). Por países, los primeros diez mercados de las exportaciones han acumulado el 71% de las ventas globales del sector. Los tres primeros destinos de las exportaciones -Francia, Portugal y Estados Unidos- han afianzado sus posiciones, con 368, 317 y 212 millones de euros, respectivamente.
En el mercado nacional, el dulce ha facturado 5.270 millones de euros (+9%), mientras que las exportaciones han marcado un nuevo récord superando los 2.300 millones (+18%)
En el análisis por categorías, caramelos y chicles se han consolidado en la primera posición de las ventas al exterior del sector, con unas exportaciones de 779 millones de euros. Le siguen galletas (629 millones), cacao y chocolate (573 millones), bollería y pastelería (175 millones), panificación (84 millones) y turrones y mazapanes (70 millones).
Así lo indica el 'Informe del sector del dulce en España 2023' presentado por la Asociación Española del Dulce (Produlce), en el marco de una jornada co-organizada también con ICEX España Exportación e Inversiones. “El sector español del dulce se encuentra en un momento retador: se mantiene en una senda de crecimiento cada vez más equilibrado, motivado por la gran diversidad que caracteriza a este mercado, la capacidad de adaptación de la industria y la apuesta por la innovación”, señala el secretario general de Produlce, Rubén Moreno.
“Esta buena evolución de todos los indicadores -prosigue el directivo- invita al optimismo, pero también a la prudencia, debido a condicionantes como las tensiones inflacionistas, motivadas por la volatilidad en los mercados de materias primas, los costes energéticos, etc., que impactan sobre la competitividad de nuestras compañías”.
Un sector empleador
En cuanto a la contribución del sector a la creación de puestos de trabajo, el estudio señala que el dulce ha generado 27.000 empleos directos en España durante 2023, un 4,6% más respecto al año anterior. Un dato que, además, tiene su reflejo en todas las categorías de producto, destacando los incrementos en términos de nuevas contrataciones en galletas (+7%), pastelería y bollería (+5%) y caramelos y chicles (+5%).
El pasado año volvió a destacar el porcentaje de contrataciones fijas, un 78% del conjunto del sector. Asimismo, la representatividad del empleo femenino se encuentra 11,6 puntos por encima de la media de la industria manufacturera, mostrando además una participación cada vez mayor en puestos de máxima responsabilidad.
El potencial de la industria del dulce es resultado de la combinación de algunas de las multinacionales más importantes del mundo, con centros de producción en España, y la existencia de un sólido tejido de empresas nacionales, de profundo arraigo local y proyección global. En este sentido, el 80% de las empresas está ubicado en pequeñas localidades, posicionando al sector como un motor de desarrollo y fijación de la población innegable en las áreas rurales.