infoRETAIL.- Parece que el ‘efecto DIA’ en las franquicias de alimentación comienza a disolverse. Mientras que en 2018 la facturación de estas tiendas cayó un 9,4% como consecuencia, principalmente, de los reajustes aplicados por la multinacional española en su línea franquiciada, el año pasado el descenso de las ventas del sector se ha amortiguado hasta quedarse en un retroceso del 1,2%, totalizando 4.432 millones de euros.

Así se ha puesto de manifiesto esta mañana en la presentación del informe ‘La Franquicia en España 2020’, por la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), con el patrocinio del Grupo Cooperativo Cajamar, en el que ha estado presente la revista infoRETAIL.

No obstante, la alimentación se mantiene como el sector de más volumen de ventas en el modelo franquiciado, cuadruplicando a sus inmediatos perseguidores: hostelería/fast food (1.741 millones de euros), servicios/transportes (1.390 millones), hostelería/restaurantes/hoteles (1.124 millones).

Eduardo Abadía (AEF): "Existen nuevas cadenas de alimentación que se están incorporando al negocio franquiciado y otras que ya estaban, que están teniendo muy buenos resultados"

“Se trata de un descenso puntual, como consecuencia de una enseña grande que ha sufrido un impacto negativo importante y que esperamos que se recupere pronto”, ha comentado la presidenta de la AEF, Luisa Masuet (en el centro, en la imagen), quien recuerda que DIA es el primer franquiciador de España y el segundo de Europa. “Lo que nos han transmitido desde la compañía es que están realizando un ajuste para volver a tomar impulso y seguir liderando el sector”, añade la directiva.

El año 2019 ha cerrado con un total de 65 marcas de franquicias en alimentación, es decir, una menos que el año anterior, con lo que se mantiene como el cuarto sector más numeroso en este ámbito, solo precedido de belleza/estética (113), tiendas especializadas (76) y mobiliario/hogar (66).

Otro de los síntomas de mejora en la franquicia alimentaria es la expansión comercial. Así, el sector cuenta con 7.345 tiendas bajo este modelo de negocio, que supone un incremento del 4,8% respecto a 2018, lo que se traduce en 335 unidades más. También la ocupación ha experimentado una mejora interanual (+4,6%), hasta alcanzar los 35.456 trabajadores.

“Existen nuevas cadenas de alimentación que se están incorporando al negocio franquiciado y otras que ya estaban, que están teniendo muy buenos resultados”, añade el director ejecutivo de la AEF, Eduardo Abadía (a la izquierda, en la imagen), quien ha subrayado que las franquicias de alimentación están dando pasos en la modernización y digitalización de sus tiendas y servicios.

"La franquicia aún no ha tocado techo"
En el conjunto del negocio franquiciado en España, la facturación ha superado los 16.844 millones de euros en 2019, lo que supone un descenso del 1,6% respecto al año anterior. En total, operan 1.381 marcas, cinco más que en 2018, y se mantienen en activo 58.032 puntos de venta, un 2,2% más. En cuanto a la ocupación, las tiendas franquiciadas emplean a 199.724 personas, lo que representa un incremento del 2%.

“Se trata sólo de la caída de un parámetro, el resto de variables sigue al alza”, comenta Eduardo Abadía, quien reconoce que el ritmo de crecimiento del comercio franquiciado será menor que el registrado en años anteriores: “No hay mercado que soporte crecer todos los años a tasas del 8%”, advierte, al tiempo que prevé futuros incrementos, pero de carácter más "moderado y sostenido".

En este sentido se ha manifestado también Luisa Masuet, quien considera que la franquicia aún no ha tocado techo. “Será el mercado el que nos vaya marcando el paso”, explica la presidenta de la asociación, quien ha subrayado la capacidad de adaptación del modelo franquiciado: “No tenemos una regulación específica, así que nos hemos tenido que ir adaptando al mercado”.

Finalmente, el director territorial de Cajamar, José Antonio Guerrero (a la derecha, en la imagen), ha puesto en valor la función de la franquicia en el ámbito rural: “Este modelo de negocio, que es un termómetro de la riqueza de una población, permite la modernización de las zonas más despobladas a través de un cambio en la economía de escala”.