infoRETAIL.- Los alimentos y bebidas están acusando el impacto de una situación macroeconómica global inestable. Las presiones inflacionistas a las que se ha visto sometida la actividad de la industria en los últimos ejercicios y su efecto en el consumo han intensificado la desaceleración del sector en 2023, según se desprende del informe económico elaborado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

La producción real del sector ha alcanzado en 2023 un valor de 162.459 millones de euros y marca un descenso del 2,6% respecto a 2022. Como resultado, la producción real ha disminuido por primera vez desde 2013, con la salvedad del año 2020 a causa del covid-19.

Este retroceso es el resultado de la influencia inflacionaria en los costes de la industria, combinado con una debilidad en las exportaciones y la demanda interna, que se ha agudizado por los episodios de sequía prolongada en España. Esto ha llevado a que el valor real de la actividad fuera incluso inferior al de 2021, año en el que se iba perfilando un continuo proceso de ralentización del índice de producción industrial y que se ha visto confirmado durante 2023.

La inflación, y su impacto en el consumo interno y las exportaciones, han hecho retroceder la producción del sector un 2,6% con respecto a 2022, con un valor de 162.459 millones de euros

“Veníamos de dos ejercicios previos con un crecimiento muy excepcional y alejado de la tónica de años anteriores marcados por, primero, la recuperación tras la pandemia y, segundo, el extraordinario avance de los precios industriales. En paralelo, la difícil situación global ha dibujado un escenario muy tenso para el desarrollo del sector, confirmando en 2023 los indicios de desaceleración que ya se venían perfilando en años anteriores”, ha destacado el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo (a la izquierda, en la imagen).

En consecuencia, el valor añadido bruto (VAB) ha experimentado un crecimiento más limitado, alcanzando los 31.038 millones de euros. Esto se traduce en un aumento del 8%, si bien, una vez descontado el efecto de la subida de los precios y los costes, el crecimiento real se cifra en el 1,4%. Aun así, la industria de alimentación y bebidas se mantiene como un sector actor industrial sólido por su contribución económica al país y su peso representa el 2,3% del total de la economía española y el 18,5% de la industria manufacturera.

Los índices de consumo son un reflejo de cómo la situación inflacionaria ha penalizado a las familias españolas. El gasto acumulado del consumo dentro del hogar en el periodo enero-noviembre (últimos datos disponibles) se ha mantenido estable en 66.371 millones de euros, sin embargo, el gasto per cápita en torno a los 1.410 euros sí refleja una caída del 1,26% con relación al mismo periodo previo.

Concentración empresarial
La dimensión empresarial también se ha visto impactada por las consecuencias de la inflación. El número de empresas activas en 2023 se cifra en 28.335 y anota una disminución del 6,5% concentrado sobre todo en los tramos de menos trabajadores o sin empleados.

Estos datos demuestran también la vulnerabilidad de las empresas más pequeñas a la hora de afrontar un marco de altos costes productivos muy desfavorable. Aun así, la industria de alimentación y bebidas se ha visto menos afectada que el conjunto de las manufactureras y ha mantenido una contribución significativa al tejido industrial.

Precisamente, esta menor capacidad de reacción de las pequeñas industrias frente a contextos muy tensionados ha dado lugar un proceso de concentración empresarial que sigue en 2023 su tendencia. De esta manera, las empresas de tamaño mayor y medio tamaño ganan representatividad respecto al total y avanzan un 2,3% absorbiendo parte del impacto de la inflación sobre el tejido empresarial en alimentos y bebidas.

Las empresas aceleran su tendencia hacia la concentración, reduciendo el tramo de las industrias más pequeñas por el impacto de la inflación, al tiempo que la creación de empleo se mantiene en positivo

Por su parte, la creación de empleo en el sector mantiene su comportamiento positivo. Los afiliados a la Seguridad Social suman 463.900 personas, un 2% más. Aunque su ritmo de crecimiento es ligeramente inferior al registrado en 2022, del 3,2%, la industria de alimentación y bebidas crece por encima de las manufacturas, que lo hacen a un ritmo del 1,5%.

De hecho, el empleo del sector mantiene su peso sobre el conjunto manufacturero y del total de la industria, ocupando el 21,7% y el 19,7%, respectivamente, lo que se traduce en que uno de cada cinco trabajadores del ámbito industrial desarrolla su labor dentro del sector de los alimentos y bebidas.

En clave de estabilidad laboral, destaca que el 81,1% de los empleados por la industria de alimentación y bebidas cuentan con un contrato indefinido. Además, el empleo femenino representa el 38,2% del total del empleo, una tasa mayor a la encontrada en el conjunto de las manufacturas.

“Desde 2015, y exceptuando la situación particular de la pandemia, los crecimientos interanuales de afiliados en el sector no han sido inferiores al 2%, lo cual le otorga un mayor protagonismo como agente con capacidad de crear empleo de manera sostenible en el tiempo”, resalta la directora de Finanzas, Estudios Económicos y Talento de FIAB, Karina Pereira.

Las exportaciones, a la baja
En clave internacional, las exportaciones de la industria española de alimentación y bebidas ha alcanzado en 2023 un valor de 47.620 millones de euros. España se mantiene como uno de los principales exportadores de la industria de alimentación y bebidas a nivel mundial y en quinta posición entre los principales exportadores de la Unión Europea, solo por detrás de Países Bajos, Alemania, Francia e Italia, según datos de FoodDrinkEurope.

En este sentido, el secretario general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, Fernando Miranda (a la derecha, en la imagen), ha destacado la contribución de la industria alimentaria al desarrollo del territorio y su vocación exportadora, con cifras récord en el proceso de internacionalización

Sin embargo, el impacto de las tensiones geopolíticas y la consecuente inestabilidad de los mercados anota en el sector un cambio en su ritmo de crecimiento del valor de las ventas al exterior, que pasa del 6% en 2022 al 3,4% en 2023. Un cambio de tendencia que también se refleja en una disminución del 6,6% en el volumen de las exportaciones. Aun así, el sector arroja una balanza comercial positiva por valor de 13.697 millones de euros y que ya acumula 16 años de superávit.

Las exportaciones han aumentado un 3,4% en valor durante 2023, aunque el volumen ha descendido un 6,6% a consecuencia de la situación inflacionaria global

FIAB señala, entre otros factores, un marco exterior muy voluble desde 2018 que ha afectado a los países de destino, marcado por la desaceleración de algunas economías, el auge de las políticas proteccionistas, los efectos del Brexit, el impacto ocasionado por la pandemia del covid-19 y las consecuencias de los conflictos internacionales actuales, dejando una situación inflacionaria por la elevación de los costes productivos, la energía y el transporte, principalmente.

En cuanto al ranking de los principales países de destino de las exportaciones de la industria de alimentación y bebidas española en 2023, la Unión Europea continúa siendo el principal socio comercial para las exportaciones del sector, con un peso del 58% del total. En los cuatro primeros puestos se destacan Francia (7.208 millones de euros), Portugal (5.573 millones), Italia (5.507 millones) y Alemania (2.985 millones), acumulando crecimientos con respecto al año anterior que, en el caso de Alemania llegaron hasta el 16%.

En quinto lugar y primer socio extracomunitario se encuentra Estados Unidos (2.747 millones) que experimenta un retroceso 6,4% en parte por el extraordinario comportamiento que experimentaron las ventas en años previos, hasta un 21% en 2021. Reino Unido (2.643 millones) ocupa la sexta plaza con un crecimiento del 9,4%.

Le sigue China, ya como el primer país asiático del ranking, con un valor de 1.837 millones y un retroceso del 23,6% que refleja la bajada de sus importaciones de porcino tras la superación en el país de la situación de la fiebre porcina, así como el aumento de medidas proteccionistas con trabas para la importación de alimentos y bebidas. Completan el ranking de los primeros destinos Países Bajos (1.496 millones), Japón (1.139 millones), Polonia (1.104 millones) y Bélgica (1.047 millones).

En cuanto a los productos más exportados, encabezan la lista la carne y los productos cárnicos (12.032 millones); conservas hortofrutícolas (5.866 millones); pescado y mariscos (4.471 millones), aceite de oliva (4.148 millones); vino (2.966 millones); productos de panadería y pastas alimenticias (2.043 millones); productos de cacao, confitería y chocolate (1.918 millones); lácteos (1.766 millones); y alimentación animal (1.281 millones), entre otros.

Reivindicaciones
Dado el reflejo de toda la incertidumbre económica y política de los últimos ejercicios y su evidente impacto en la industria, FIAB señala como prioridad la protección de un sector vital para España ante una situación que amenaza con prolongarse y a la que, además, se añade las tensiones provocadas por los episodios adversos que deja el cambio climático y la sequía prolongada en nuestro país, devolviendo una mayor inestabilidad a la actividad de la cadena alimentaria.

Por ello, la federación considera clave que los entornos políticos y económicos sean estables y eviten desequilibrios para la competitividad de las empresas, sobre todo en cuanto a evitar nuevas cargas fiscales, garantizar la unidad de mercado y salvaguardar al sector frente a competidores externos.

Además, FIAB ha querido señalar la importancia de que las empresas cuenten con marco regulatorio y fiscal estable, para incentivar su capacidad inversora. Esto repercutirá en un avance más rápido de sus políticas tanto de innovación, como de sostenibilidad, para afrontar un futuro para los alimentos y bebidas con mayores garantías.

En este sentido, será vital la concreción de las ayudas de la segunda convocatoria del PERTE dirigido al sector y que deberán acompañarse de más ayudas, en especial para las pymes, que conforman la mayor parte del tejido productivo de la industria de alimentación y bebidas. En esta línea, García de Quevedo subraya “la importancia de reforzar la autonomía estratégica del sector en España para evitar el efecto dominó de un contexto inestable”.